... Viene de aquí.
Continuamos con el repaso a la filmografía de uno de los padres espirituales de este blog,
John Carpenter, y lo hacemos en el mismo año que lo dejamos, 1983.

Tras el fracaso comercial de
La Cosa,
Carpenter decide arreglar el desaguisado rápida- mente y se decide a adaptar una novela de Stephen King, cosa que había dado muy buenos resultados a los compañeros de profesión que lo habían hecho anteriormente. El resultado fue Christine, una película sobre un coche maléfico que se apodera del alma de su dueño y se dedica a atropellar a quien ose arañar su carrocería. La jugada no tubo éxito, y es que, aunque
Carpenter hace un trabajo encomiable, una historia de un coche asesino no da para demasiado en cuanto a cine de terror, más aun cuando el coche es un hermoso clásico como es el Plymouth Fury que protagoniza el film. Aun así la película cuenta con escenas soberbias como la autorreparación que hace Christine o la cómica parodia del susto final ya clásico en las películas de terror desde
Carrie, de Bryan De Palma.
Con dos fracasos comerciales a sus espaldas, en 1984
J.C. decide probar suerte con una película muy similar a E.T.

pero dirigida a un publico adulto, aquí la relación alien/niño es sustituida por alien/mujer, con sexo incluido. Starman fue un éxito y supuso la nominación al Oscar de Jeff Britches (que con esta película y con Tron merecería descansar en el Olimpo del fantástico). Es ademas una de las rarezas de la filmografía de
Carpenter y, pese a que no suele ser de las favoritas de sus seguidores, es todo un ejemplo de cine humanista que aprovecha la ciencia ficción como vehículo para reivindicar valores como la tolerancia, el pacifismo o el afán de conocimiento como pilares esenciales de cualquier sociedad que pretenda considerarse así misma como avanzada.
Dos años después,
Carpenter se vuelve a reunir con Kurt Russel en la fabulosa y divertida
Golpe en la Pequeña China. En la que se nos cuenta la historia de Jack Burton, casi parodia del antihéroe Carpenteriano antes interpretado por Russel, que lucha contra demonios, monstruos y mafiosos chinos por recuperar su camión. Se trata de una de esas películas que solo pueden entenderse dentro del contexto de los años 80, cuando languidecían los últimos cines de barrio y los cineastas eran aun capaces de tomarse a broma a si mismos.

Muchos no la consideraran a día de hoy una buena película precisamente por las mismas razones que a mi, y a muchos de sus partidarios (entre otros los responsables del Mortal Kombat, no lo pueden negar), nos parece, no un film de culto, sino una película a la que de verdad hay que rendir culto por haber contribuido como lo hizo a nuestro imaginario particular. Divertida, pero de verdad.
Ya en 1987,
J.C. vuelve al genero de terror con, la que a mi me parece, su película más terrorífica:

El Príncipe de las Tinieblas. Es su primera incursión en la demono- logía (y ultima hasta
Cigarette Burns) y nos narra nada menos que el adveni- miento del anticristo (no en vano pertenece a la llamada trilogía del Apocalipsis), alrededor de una investigación universitaria en una antigua iglesia asediada por un ejercito de sin techos poseídos y donde veremos entes ectoplasmicos, emisiones televisivas del futuro, portales dimensionales e incluso, si mal no recuerdo, un cadáver reanimado por un breve lapso de tiempo. Muchos la recordaran más por la estelar aparición de Alice Cooper como capitán del ejercito de Homeless que, como los pandilleros de Asalto a la Comisaría del Distrito 13, cumplen la misma función que los zombies de las películas de
Romero.
Tras pasar por el terror otra vez,
Carpenter 
decide volver a probar con otra historia de futuro distópoico en la descarada critica del neoliberalismo y el capitalismo del año 88, Están Vivos. Protagonizada por Roddy Piper, uno de los luchadores del Presing Catch de los buenos tiempos, en un personaje que debería haber interpretado Kurt Russel (y no me apeo de ese caballo), esta película nos cuenta que dentro de no muchos años la clase obrera, cada vez más pobre, esta controlada por los medios de comunicación y la policía que defienden el status quo de la clase alta, cada vez más rica, y condicionan el comportamiento de la gente, por medio de mensajes subliminales, para que obedezcan y consuman. Hasta aquí, más o menos, se trata de un documental realista, el elemento fantástico entra en juego gracias a unas gafas de sol que desvelan los mensajes subliminales y que la mayor parte de policías, dirigentes y miembros de la clase alta son en realidad feos extraterrestres. La película,

en contra de lo que pueda parecer por lo antes dicho, esta realmente bien, es entretenida y no deja respiro, como ya pasaba con Rescate en N.Y.. Las capacidades de Piper para la lucha coreografiada están muy bien aprovechadas (la pelea en cuestión no es muy realista pero si muy entretenida). El gran pero del film es su final, que resulta acelerado y, como es habitual en
Carpenter, tan sobrio y conciso que, en este caso, se queda en insuficiente. Aun así un film nada despreciable para los fanáticos de
J.C.Tras un largo parón de 4 años (estamos en el 92) llega l

a que tal vez sea la más impersonal de sus películas, Memorias de Un Hombre Invisible. La película, a mayor gloria de Cheavy Chase (que por suerte es el hombre invisible y no hay que verle la cara en la mayor parte del metraje), cuenta con unos estupendos efectos especiales de ILM, entre los que destacan la escena de la lluvia o de la comida, bien dosificados y empleados en el mínimo imprescindible de los casos. La película, que es realmente entretenida y disfrutable, cuenta con la presencia de Daryl Hanna y Sam Neill que se convierten en el punto fuerte de esta, a priori, menos interesante cinta de
Carpenter.
Ya en el 93 y junto a
Tobe Hooper,
Carpenter 
se mete con un telefilm de capítulos titulado
Body Bags, en el que hace homenaje a los cómics de E.C. y a películas como Creepshow interpre- tando a un maestro de ceremonias que presenta las tres historias, que se mueven entre lo correcto, lo cómico y lo tópico y que no tienen mayor transcendencia que la de un producto pensado para el entretenimiento de los que participaron en el, entre los que destacan, en pequeños papeles,
Wes Craven, Roger Corman o Sam Raimi.
Continuaremo

s con la 3 y ultima parte de este articulo dentro de, espero, no mucho tiempo, donde hablaremos de algunas buenas y otras malas películas de uno de los grandes del fantástico y del terror, cuya filmografía ya se extiende, desigualmente, a través de 4 décadas.
Continua aquí...