DRACULA, DE BRAM STOKER

Titulo Original: Bram Stoker’s Dracula
Año: 1992
Duración: 128 minutos
Nacionalidad: USA
Color

Dirección: Francis Ford Coppola
Guión: James V. Hart
Fotografía: Michael Ballhaus
Montaje: Nicholas C. Smith
Música: Wajciech Kilar
Reparto: Gary Oldman, Winona Ryder, Anthony Hopkins, Keanu Reeves, Richard E. Grant, Cary Elwes, Bill Campbell, Sadie Frost, Tom Waits y Monica Bellucci

Pese haber sido publicitada como la adaptación más fiel de la novela de Stoker, y aunque en lo referente a los acontecimientos narrados si lo sea, la esencia de la historia queda totalmente desvirtuada al convertirse en una especie de relato de amor inmortal, acercandose más a la visión que Anne Rice tiene de los vampiros. Que en lugar de narra un episodio más de la eterna lucha entre el bien y el mal, nos hable del poder redentor del amor y de sus diferentes formas (haciendo hincapié en el sexo), no es necesariamente negativo. De hecho Coppola solo pone en practica una máxima del arte narrativo, contar algo indirectamente a través de una historia, y lo hace de forma soverbia. Teniendo en cuenta lo bien que se adapta el mito vampírico a las metáforas sexuales no habría de sorprendernos. Ademas, estamos hablando del director de films esenciales como El Padrino o Apocalypse Now... Y eso se nota, la cantidad de sismología y las asociaciones que hace por secuencia son tantas que cuesta abarcarlas todas. Ademas, nos encontramos con constantes del cine de Coppola, como la relación entre los ritos sagrados y la violencia, tan conseguida en la saga del Padrino, se muestran aquí en secuencias memorables como la de la muerte de Lucy.
Desde luego es una película digna de ver, aunque de terror solo tiene el envoltorio.