Esta primera parte del articulo sobre la filmografía de
John Carpenter pretende ser el primero de una serie de artículos relacionados con el genero de terror, añadiendo un poco más de variedad a este blog que por el momento solo ha publicado reseñas de películas y de alguna novela.
La filmografía oficial de
Carpenter, de adolescente rodó varios cortometrajes, se inicia con La Resurrección de Bronco Billy,
por el que, con solo 22 años, gano el Oscar al mejor corto- metraje de ficción en la edición de 1970, lamenta- blemente no he podido hacerme con una copia de este corto paras poder comentarlo. De todas formas, este galardón le animo a encararse con su primer largometraje en compañía de Dann O’Bannon y en 1974 aparecería por fin la que en palabras de Dann “paso de ser la mejor película de unos estudiantes a la peor película profesional”, y es que el proyecto universitario iba tan bien que consiguieron aumentar el presupuesto y que algún incauto la distribuyera en salas y así Dark Star vio la luz. La película en si tiene más valor por ser la base argumental desde la que luego O’Bannon escribiría el guión de
Alien, el 8º Pasajero que por cualquier otra cosa, aunque cuenta con momentos realmente perturbadores como cuando aparece una pelota de playa (¿como alguien podía pensar que eso podría colar como alienigena?).
Poco después aparecería el primer film de
Carpenter propiamente dicho, con el que entraría por derecho en los circuitos del buen cine de
serie B. Asalto a la Comisaría del Distrito 13 vio la luz en 1976 causando sensación en un festival de Londres repleto de saldos. Mil veces se ha dicho que se trata de un remake de Río Bravo (
Carpenter nunca lo a negado y de hecho el seudónimo que emplea como montador, firmar eso con su nombre ademas de la dirección, el guión y la música hubiera sido demasiado, John T. Chance es el del protagonista de el film de Hawks) y de
La Noche de los Muertos Vivientes. Con todo ello el cambio de escenario resulta muy efectivo, y el tratamiento de los asaltantes que hace
Carpenter emparenta la película con el fantástico y el terror sin serlo, anunciando lo que vendrá después... Sin olvidar a Napoleon Wilson, antecedente de Snake Plissken y de todos los personajes que interpretaría Kurt Russell en sus películas. Pero si algo quedara en la mente de los espectadores viendo la película, y que es toda una declaración de intenciones por parte de un joven cineasta, es la mítica escena del Vainilla Especial (quien la haya visto sabe a lo que me refiero y por que no doy más datos). El reciente remake es una constatación de que el presupuesto no puede sustituir al talento o al compromiso estético, si bien es una película de acción perfectamente correcta dentro de los cánones actuales, no aguanta las comparaciones con la que es una de las mejores muestras de cine independiente de genero de los años 70.
El éxito de Asalto a la Comisaría del Distrito 13 permitió a
Carpenter contar con un presupuesto menos ajustado para su siguiente film, probablemente el de mayor éxito e influencia de su carrera, y así en 1978 nos encontramos con la imprescindible
Halloween.
Tomando como referencia el Gialo italiano así como clásicos de la talla de Psicosis o
La Matanza de Texas, ademas de otras series B como Black Christmas (está ultima la se de oídas, cosa que prometo solventar más pronto que tarde),
Carpenter crea un psichokiller nato, más que enmascarado, sin rostro, voyeur y de capacidades casi fantasmagóricas (no en balde se refieren a el como La Forma). Michel Myers es el genuino psicópata que sienta las bases definitivas del slasher
ochentero, también del posterior, y muchas de las constantes del subgénero, no digo todas ya que aquí no se juega a equívocos sobre quien es el asesino, también aparecen es esta cinta, desde el empleo de la cámara subjetiva, el leitmotiv machacón, el asesinato visto como catarsis, la relación entre sexo y muerte... El uso del encuadre y su auto consciencia genérica, lo de Jamie Lee Curtis no es casual, son dos de sus bazas principales, así como la tensión generada por la expectación, la banda sonora, el montaje y la atmósfera onírica la convirtieron en lo que sin duda es, un gran clásico que no solo posibilito una interminable saga, si no también toda una legión de imitaciones (y un próximo remake precuela). Y volviendo a hacer una de esas cosas que se tienen prohibidas, en este caso la regla de no matar animales que se salta como hacía con la de mayor rango en su film anterior.
Tras
Halloween vinieron dos telefilmes, Someone’s Watching... y Elvis, este ultimo le reporto un gran éxito y se convirtió en la primera colaboración con Kurt Russell, rescatado de su condición de estrella infantil de la Disney. Como no las he visto, no puedo comentarlas, así que me perdonareis si paso directamente a la que es su primera película en la que se ha querido ver cierta influencia
Lovecraftiana (afirmación no carente de razón). Se trata de
La Niebla, es el año 79 y
Carpenter se nos planta con un cuento de fantasmas corpóreos al más puro estilo clásico, cambiando totalmente de registro respecto a su anterior película. Se trata de una de esas historias en el que el pasado vuelve para morderte el culo, y es que la celebración del centenario de una ciudad fundada en el crimen puede cabrear incluso a los fenómenos meteorológicos. Sugestiva y aterradora, pero con un pequeño defecto, vemos a los fantasmas muy, muy pronto... Y es que
Carpenter se plegó a las exigencias del publico de los pases previos, perdiendo misterio en favor de sangre. No me mal interpretéis, el resultado es bueno, pero intuyo que de la otra manera, fuera de modas, hubiera sido mejor. Repite como protagonista Jamie Lee Curtis, convertida ya en autentica Scream Queen (la mejor como dice Randy en
Scream), aunque decir protagonista puede ser un poco exagerado, ya que se trata de una autentica película coral, algo muy acertado dadas las características de la amenaza. Una advertencia, huid del remake como los protagonistas huyen de la niebla, aparte de ser una acumulación de tópicos el final es absolutamente ridículo, de hecho, aparte de la dedicatoria a Debra Hill (fallecida ese mismo año), debería ser borrada del mapa.
Tras dos éxitos en el genero de terror, uno de ellos revolucionario,
J.C. vuelve al cine de acción con la, inevitablemente envejecida desde el mismísimo titulo, 1997, Rescate en Nueva York, protagonizada por Kurt Russell como Snake Plissken, ex militar y ladrón de bancos reclutado a su pesar para rescatar al presidente (¿de que? Los USA) que se ha estrellado en la isla de Manhattan, convertida en una macroprisión donde se destierra a los criminales del país. Acida y contracultural, se trata de la puesta de largo del héroe o, más bien, antihéroe Carpenteriano, heredero
directo del forajido o cazarrecompensas del Western, que lucha por su vida contra el mundo, capaz de coaccionar a sus aliados y de sabotear el discurso presidencial a modo de satisfacción por la situación en la que le han colocado. La acción es incesante en la película, dando pie a un ritmo frenético, bien subrayado por un sobresaliente montaje y el tema principal de la banda sonora. Sin duda una película a revisar (como hizo el propio
Carpenter con la secuela/remake/parodia 2013, Rescate en L.A..)
Con esto llegamos al año 1983 y la que es considerada por muchos su mejor película,
La Cosa, que se disputa el puesto con
Halloween y
En la Boca del Miedo. La historia de este remake, de El Enigma de Otro Mundo, se remonta a finales de los 70 y a un Dino De Laurentiis impresionado por el éxito de La Guerra de las Galaxia y de
Alien, el 8º Pasajero, que quiere sumarse al pastel del nuevo genero de moda, y quiere hacerlo a lo grande, con dos películas, cada una tocando una de las posibilidades que los dos éxitos de la Fox habían abierto.
Por un lado fue Dune, con el peligroso de cara a la taquilla David Lynch, un titulo que hubiera permitido una larguísima saga y por el otro una Monster Movie que, aun no desarrollandose en el espacio, guardaba parentescos claros con el film de Scott. A De Laurentiis la jugada le salió rana, no cosecho los frutos esperados y no creo que el haber producido dos clásicos del genero le quite el picor de bolsillo que le debió quedar con dos fiascos comerciales seguidos. En el caso de Dune es bastante comprensible, la película precisa de unas buenas tragaderas por parte del espectador, pero con
La Cosa, el asunto no esta tan claro, si un director de serie B es capaz de llamar la atención del gran publico y al tratar con un presupuesto mayor no la caga haciendo algo farragoso, de hecho en este caso es justo lo contrario, lo dividendos deberían ser cuando menos razonables (a día de hoy, con el tiempo, puede que sean impresionantes), pero entonces no fue así. Queda claro que factores influyeron en esto, pese a que tampoco expliquen que así fuera, el primero se trata de un final algo deprimente para el publico y el otro, no por peregrino menos real, la convivencia con el adorable E.T. de Spielberg pudo perjudicar la aceptación de un hijo de puta espacial. Sea como sea,
la película que debería haber sido la consagración de
Carpenter como director comercial, con banda sonora de Morricone incluida, fue justo lo contrario.
Habría un par de intentos más por su parte con Christine y Starman, que tampoco resultarían, antes de volver a la serie B donde volvería a ganarse el favor de su publico de siempre. Pero eso es otra historia, o la misma, pero pertenece a la segunda parte de este articulo, que espero caiga por aquí en unas semanas, que no es plan de aburrir con un post enciclopédico...
Continua aquí...